Por lo demás, ella cree conmigo que la impresión general de la narración construida por etapas, es un reflejo bastante acertado de lo que pasó, sentimos y sufrimos. Lo cual para obra de un ingeniero, no está del todo mal.
En este momento María Elvira me interrumpe para decirme que la última línea escrita no es verdad: mi narración no sólo está bien, muy bien. Y como argumento irrefutable, me echa los brazos al cuello y me mira, no sé si a mucho más de cinco centímetros.
-¿Es verdad? -murmura, o arrulla, mejor dicho.
-¿Se puede poner arrulla? -le pregunto.
-¡Sí, y esto, y esto! -y me da un beso.
¿Qué más puedo añadir?
Durán, en La meningitis y su sombra - Cuentos de Amor de Locura y de Muerte
1 comment:
Yo quiero leer eso... se nota alegría en lo que escribís y eso está bien, muy bien.
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