Tuesday, January 31, 2012

Fragmentario, ajeno.

Un viaje de trabajo puede tener consecuencias inesperadas. Ése sábado me encontré en un bus hacia Valparaíso con un boliviano, una ecuatoriana y un par de griegos sin otro objetivo que vagabundear las calles e improvisar destinos. Conocí el poderoso Pacífico, hermoso si, pero indómito, distante y terrible; conocí una ciudad llena de casitas tuguriescas en lomas, de edificios a medio caer y medio reparar; y conocí La Sebastiana: la casa de Valparaíso de Pablo Neruda. Como buen cumbiero intelectual me compre Odas Elementales para poderme dedicar a "leer de Neruda unos versos", eso si, al frente de las cálidas aguas caribeñas de Santiago de Tolú.

La siguiente selección es un fragmentario, pero ajeno.

Entre la suave cintura de mi patria,
entre las monarquías iracundas del volcán y el océano,
aves de la dulzura,
tocais el sol, el aire,
sois el temblor de un vuelo en el verano
del agua al mediodía,
rayos de luz violeta en la arboleda

en Oda a las Aves de Chile1

A donde llegue
el cobre,
utensilio o alambre,
nadie
que lo toque
verá las escarpadas
soledades de Chile,
o las pequenas casas a la orilla
del desierto,
o los picapedreros orgullosos,
mi pueblo, los mineros
que bajan a la mina.

en Oda al Cobre2

dame
la secreta tenacidad
de las raíces

en Oda a la Fertilidad de la Tierra3

todo
comenzó con el hombre
y su ojo
que buscaba
en el cielo
de la sangre
una estrella maligna.
Allí con blusa blanca
sigue
buscando
el signo,
el número,
el color
de la muerte
o la vida,
descifrando
la textura del dolor,
descubriendo
la insignia de la fiebre

en Oda al Laboratorista4

Libro,
cuando te cierro
abro la vida

en Oda al Libro (I)5

Libro
hermoso,
libro,
mínimo bosque

en Oda al Libro (II)6

Cómo
de su garganta
más pequeña que un dedo
pueden caer las aguas
de su canto?

en Oda a Mirar Pájaros7
o ver tus ojos
enredándose
en todo lo que miro

en Oda a la Pareja8

                             máquina
transparente

en Oda a la Primavera9

y poco a poco bajo tu diadema
entre la duplicada maravilla
de tus senos,
entre cúpula y cúpula
de tu naturaleza
asoma el diente de la desventura,
la cancerosa cola
de la miseria humana,
en los cerros leprosos
el racimo inclemente
de las vidas,
luciernaga terrible,
esmeralda
extraída
de la sangre,
tu pueblo hacia los límites
de la selva se extiende,
y un rumor oprimido,
pasos y sordas voces,
migraciones de hambrientos,
oscuros pies con sangre,
tu pueblo,
más allá de los ríos,
en la densa
amazonía,
olvidado,
en el Norte
de espinas,
olvidado
con sed en las mesetas,
olvidado,
en los puertos, mordido
por la fiebre,
olvidado,
en la puerta
de la casa de donde lo expulsaron,
pidiéndote
una sola mirada,
y olvídalo

en Oda a Río de Janeiro10

los cafés están llenos
de los más exquisitos
pederastas,

en Oda a la Sencillez11

y tú que lees mi oda
contra tu soledad la has dirigido
así tus propias manos la escribieron,
sin conocerme, con las manos mías.

en Oda a la Soledad12

tú dormías,
en tierra,
cansado
de tus navegaciones,
y la tierra,
furiosa,
levantó su oleaje
más tempestuoso
que el vendaval marino,

en Oda a Valparaíso13



1 Neruda, Pablo. "Oda a las Aves de Chile", en Odas Elementales, Santiago, Pehuén, 2010, pág. 43.
2 Neruda, Pablo. "Oda al Cobre", Op. Cit., pág. 58.
3 Neruda, Pablo. "Oda al la Fertilidad de la Tierra", Op. Cit., pág. 88.
4 Neruda, Pablo. "Oda al Laboratorista", Op. Cit., pág. 120.
5 Neruda, Pablo. "Oda al Libro (I)", Op. Cit., pág. 132.
6 Neruda, Pablo. "Oda al Libro (II)", Op. Cit., pág. 136.
7 Neruda, Pablo. "Oda al Mirar Pájaros", Op. Cit., pág. 161.
8 Neruda, Pablo. "Oda al la Pareja", Op. Cit., pág. 191.
9 Neruda, Pablo. "Oda al la Primavera", Op. Cit., pág. 222.
10 Neruda, Pablo. "Oda al Río de Janeiro", Op. Cit., pág. 58.
11 Neruda, Pablo. "Oda al la Sencillez", Op. Cit., pág. 234.
12 Neruda, Pablo. "Oda al la Soledad", Op. Cit., pág. 240.
13 Neruda, Pablo. "Oda al Valparaíso", Op. Cit., pág. 266.